El poderoso toque del Señor Jesucristo

Prédica: El poderoso toque del Señor Jesucristo

La Biblia nos enseña que en cierta ocasión nuestro Señor Jesucristo llegó a una sinagoga y allí enseñó la ley de Dios (la enseñanza fue una parte muy importante en el ministerio del Señor, no en vano, era llamado el Maestro). 

Debemos tener en cuenta que a una sinagoga sólo ingresaban personas judías y gentiles convertidos a la fe del pueblo hebreo. 

La palabra de Dios nos dice en el evangelio según San Lucas 13:11-13 “Y he aquí, había una mujer que tenía un espíritu de enfermedad, y esto hacía dieciocho años, y por eso ella andaba encorvada, y de ningún modo se podía enderezar. Y cuando Jesús la vio, la llamó y le habló diciendo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. El Señor puso sobre ella sus manos; y al momento la mujer se enderezó, y daba la gloria a Dios”. 

Por cuanto estaba en la sinagoga y por el contexto, podemos concluir que aquella mujer era judía, estaba allí participando del culto de adoración a Dios. En ese tiempo había muchas sinagogas, pero la diferencia aquí, era que el mismo Señor Jesucristo estaba allí, y eso es lo más importante, pues la presencia de Dios transforma todas las cosas, genera libertad y restaura lo que ha sido dañado.    

Como podemos ver, el Señor Jesús sanó aquella mujer, con su poder la hizo libre de aquella aflicción que por años la había atormentado. Durante dieciocho años había sido atormentada, pero la presencia y poder de Cristo restauró su vida. Todo es posible para Dios.   

Debemos destacar en este pasaje, que sólo un toque de Jesús transformó la vida de aquella mujer; por eso, podemos concluir que exponernos a la presencia de Dios transforma toda nuestra vida, sana lo que está enfermo y rompe las ataduras demoníacas.    

La Escritura misma nos enseña que el Señor Jesucristo sigue siendo el mismo, él quiere tocarte, restaurar y transformar tu vida. Quizá en el caminar de tu vida existan dificultades, pero ten presente: Dios tiene el poder para levantarte y sacarte en victoria. No hay nada imposible para nuestro buen y todopoderoso Dios.   (Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria).  

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2) El amor prevalece sobre la adversidad

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