Prédica: No permitas que el enojo te gobierne.
Cuidado con la ira y sus consecuencias; pues en ocasiones las heridas provocadas son tan profundas y
dolorosas que se requiere cierto tratamiento especial y un tiempo prudente para
superar el trauma. Sin embargo, cuando disponemos nuestro corazón para la obra
de Dios, se da inicio no sólo a una sanidad sino a un cambio sobrenatural que
nos permite ser poderosamente transformados.
No permitas que el enojo te gobierne.
Nos dice la palabra de Dios
en Números 20:11 “Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos
veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias. Y
Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para
santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta
congregación en la tierra que les he dado”.
En aquellos momentos Moisés
está lidiando con la murmuración y descontento de los israelitas porque no hay
agua. Es una situación crítica pues expresan el deseo de volver atrás y su
incredulidad en la provisión divina. Dios, Moisés y Aarón son menospreciados
por los israelitas que han salido de Egipto.
Ante un momento como este ¿qué hacer?
La palabra de Dios nos enseña
que Moisés y Aarón fueron a buscar a Dios. Servir al Señor, debe ser el
resultado de una buena comunión con él.
El libro de Números 20:6 nos
relata que “Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros” expresión de
dependencia y humildad de corazón, y es esto lo que precede la gloria de Dios,
pues “la gloria de Jehová apareció sobre ellos”.
La Biblia según Números 12:3
nos enseña que la mansedumbre era una gran virtud en Moisés. La gloria de Dios requiere corazones mansos, pues él
brillará tanto como deje de brillar el hombre. Un corazón rendido al Señor es
un poderoso instrumento en sus manos.
La Biblia nos enseña que en
esa comunión con Dios Moisés y Aarón reciben las instrucciones del Señor para
sortear la dificultad: Números 20:7-8. Dios conoce nuestra condición, y quiere
guiarnos e instruirnos para que superemos todos nuestros obstáculos.
En ese evento en particular
la instrucción de Dios para ellos fue “hablad a la peña… y ella dará su agua”.
Es interesante que Dios le dice a Moisés que tome la vara y hable a la roca,
esto nos habla de autoridad (la vara es símbolo de la autoridad), pero no para
golpear, como nos enseña la Biblia, sino para hablar.
Lamentablemente en ocasiones críticas
la reacción puede ser con enojo, Números 20:9-11. Buscar a Dios es la primera
fase en el proceso de agradarle, pues la segunda es hacer lo que él dice.
Moisés estaba enojado e
impulsado por su enojo dice: “Oíd ahora rebeldes”, no era aquel Moisés que rogó
a Dios para que nos los destruyera. “Os hemos de hacer salir agua de ésta
peña?”, Moisés impulsado por el enojo no glorificó a Dios, pues no eran ellos
quienes hacían salir agua de la roca, era el poder de Dios. El enojo nos lleva
a cometer errores y locuras.
Moisés reaccionó irritado.
Pero debemos pensar aquí, nosotros cómo reaccionamos ante la presión? Tal vez nosotros
reaccionamos con deseos de venganza, o con palabras que hieren y lastiman, o con
rebelión en tono desafiante, introversión y aislamiento. Otros huyen, y otros
reaccionan con maltrato físico (Moisés golpeó la roca, porque la ira nos hace
golpear y maltratar a las otras personas).
Como leemos en la Biblia Moisés
golpeó la peña dos veces, aunque debía hablarle. ¿Por qué? Porque la ira, el
enojo, hacen que hagamos las cosas a nuestra manera. Finalmente nos dice la
Biblia que “salieron aguas, y bebió la congregación y sus bestias”, pero Dios
no aprobó la acción de Moisés. Esto nos permite concluir que los buenos
resultados, no necesariamente significan aprobación divina.
Conclusión: Nuestra relación
con el Señor debe estar centrada en nuestra gran necesidad de él. Permitamos
que Dios viva en nosotros, y que haga Su voluntad y no la nuestra. Rindamos
nuestro corazón a Dios sin reservas, y reconozcamos que es por Su gracia que
podemos perseverar y hacer su voluntad.
Escrito por Pastor Gonzalo
Sanabria.
Te invitamos a ver la prédica: POR LA GRACIA DE DIOS SOY LO QUE SOY.
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Gloria a Dios q nos transforma y nos permite disfrutar de su presencia.
ResponderBorrarGracias pastor
Muchas gracias por tus comentarios Sara. Dios te bendiga.
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