Sermón: Jesucristo es Todopoderoso.
Introducción:
sin duda alguna la muerte de Jesús fue terrible, la traición, los golpes
judíos, los golpes romanos, la corona de espinas, los azotes, la crucifixión… La
Biblia al Día (Isaías 52:14) nos dice que: “Muchos se asombraron de él, pues
tenía desfigurado el semblante; ¡nada de humano tenía su aspecto!”. Aquel
castigo por nuestros pecados fue terrible, pero conquistó Jesús nuestra
salvación sanidad y libertad…
La fe en medio de la adversidad.
Nos dice la
Biblia en Lucas 17:11-12 “Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y
Galilea. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres
leprosos, los cuales se pararon de lejos”.
Vemos pues que la fe nos lleva a buscar
al Señor Jesús, el texto dice: “yendo Jesús a Jerusalén… ellos le salieron al
encuentro”… Los leprosos se enteraron que él pasaba y lo buscaron. Por lo
general las angustias nos acercan al Señor.
La vida de los leprosos en aquellos
tiempos no era nada fácil, para la mente judía ellos estaban bajo el juicio de
Dios, debían vivir en las afueras de las ciudades, debían anunciar su condición
cuando otras personas se les acercaban, ceremonialmente estaban impedidos y por
eso no podían ingresar al templo.
Lo más seguro es que estos leprosos
habían perdido a su familia, su trabajo; y desde aquella difícil condición
buscaron al Señor Jesús creyendo en su poder. A pesar de todos los obstáculos
ellos tenían fe, y clamaron al Señor, versículo trece: “y alzaron la voz,
diciendo: Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros”.
La maravillosa respuesta del Señor Jesús.
Lucas 17:14.
Ellos captaron la atención del Maestro.
Dice el texto: “Cuando él los vio…” recordemos que el Señor iba camino a la
ciudad de Jerusalén, pero se detiene y los vio. Llama la atención del Señor, clama
a él su misericordia y él te responderá, no te decepcionará.
El Señor Jesús demanda de ellos un acto
de fe. Jesús les dijo: “id, mostraos a los sacerdotes”, sin duda este fue un
paso de obediencia y de fe, pues dictaba la ley el leproso iba a mostrarse al
sacerdote para que éste confirmará su sanidad.
Por eso dice la Biblia: “aconteció que
mientras iban, fueron limpiados”, mientras actuaban creyendo la palabra que el
Señor les había dado, fueron sanados. Por eso mientras se ministra sanidad, usted
haga lo que antes no podía hacer, esto es ejercitar la fe en la palabra del
Señor.
Un corazón agradecido es de gran valor
para Dios.
Un corazón agradecido glorifica a Dios,
versículos 15-16 “Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió,
glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra, dándole gracias,
y éste era samaritano”.
Éste hombre que era samaritano volvió,
y podemos concluir aquí que su corazón quería estar con el Señor Jesús, él “se
postró en tierra a sus pies” le dio adoración al Señor. Él era samaritano, los
otros probablemente eran judíos; que triste cuando nos acostumbramos a los milagros
y bendiciones y se nos olvida darle gracias a Dios.
Éste samaritano adoró al Señor Jesús.
Todos debemos reconocer que la gloria es de Jesucristo nuestro Señor y a él demos
gracias siempre.
La salvación es, sin duda, el milagro más grande, versículos 17-19. El Señor Jesús le dijo: “tu fe
te ha salvado”, es la fe en Cristo la que te da salvación, sanidad, libertad,
restauración.
Conclusión: Es tiempo de salvación y sanidad, el
señor Jesucristo está aquí para darte salvación, cree que él murió por ti,
entrégale tu vida a él, con un corazón agradecido adórale, y con fe acércate a
su presencia y grandes cosas sucederán. Dios sigue haciendo milagros.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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