Introducción: Es necesario depositar nuestra vida
en las manos de Dios y confiar en su buena voluntad. Somos barro en las manos
del Alfarero Divino y él sabe muy bien lo que hace, por eso podemos confiar en
su obra y cuidado...
Predica: Dios es nuestro alfarero.
No importa la edad, estamos en una continua formación (Deuteronomio 32:48-52).
“Y habló Jehová aquel mismo día, diciendo: Sube
a este monte de Abarim, al monte Nebo,
ubicado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel;
y muere en el monte al cual subes, y sé unido a tu pueblo… por cuanto pecasteis
contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba de Cades, en
el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio de los hijos de
Israel. Verás, por tanto, delante de ti la tierra; mas no entrarás allá”.
Comentario 1: Abarim es la cadena montañosa a la que pertenece el
monte Nebo, y allí murió Moisés. El versículo 51 nos enseña la razón por la que
Moisés no pudo entrar a la tierra prometida, esto aconteció en las aguas de Meriba
en el desierto de Zin, veamos Números 20:6-12.
Según éste pasaje Israel se quejó porque no había
agua, entonces Moisés y Aarón buscaron la dirección de Dios, quien les dijo:
“Hablad a la peña a la vista de ellos. Ella dará su agua… y darás de beber a la
congregación y a sus bestias”.
Lamentablemente Moisés se dejó llevar por la ira y en vez de hablar a la peña la golpeó dos veces, y Dios le dijo: “Por cuanto no creísteis ni me santificasteis delante de Israel no entrareis a la tierra prometida”.
Lamentablemente Moisés se dejó llevar por la ira y en vez de hablar a la peña la golpeó dos veces, y Dios le dijo: “Por cuanto no creísteis ni me santificasteis delante de Israel no entrareis a la tierra prometida”.
Comentario 2: Moisés tenía 120 años de edad y aun así estaba en
formación divina. Era aquel que hablaba con Dios cara a cara, usado por el
Señor para hacer maravillas y prodigios en Egipto y en el desierto, un profeta
como ninguno.
Pero seguía siendo barro en las manos del alfarero divino.Por eso no importa cuánto de Dios lleguemos a tener, dones, unción, autoridad, bendiciones, etc, siempre necesitaremos de su gracia y misericordia.
Pero seguía siendo barro en las manos del alfarero divino.Por eso no importa cuánto de Dios lleguemos a tener, dones, unción, autoridad, bendiciones, etc, siempre necesitaremos de su gracia y misericordia.
Comentario 3: A la luz de éste pasaje bíblico debemos tener en
cuenta varias cosas muy importantes:
a) Debemos aprender a esperar (Seguro que sí Moisés habla, y espera, el agua
había salido). Con frecuencia las emociones nos hacen tomar malas decisiones,
en el caso de Moisés fue el enojo que tenía con Israel.
b) No debemos actuar por la presión de la gente, sino
por la dirección de Dios. A veces los amigos, la
moda, la corriente del mundo y sus tendencias, entre otras cosas, empujan al
cristiano a actuar según ellos dictan. Pero es claro que es necesario primero
obedecer a Dios que a los hombres.
c) Cuidado con la autosuficiencia. Conociendo Moisés como debía actuar en aquella
situación, él pensó que podía hacerlo a su manera. Con frecuencia conociendo
nosotros la verdad de Dios, seguimos nuestra propia voluntad pensando que
lograremos el mismo resultado o algo mejor. Autosuficiencia es creer que puedo
hacerlo sin Dios, o que puedo lograrlo haciéndolo a mi manera.
Conclusión: Es necesario mantener
un corazón dispuesto para Dios, manso y humilde, nuestros motivos deben ser los
correctos. Como hijos de Dios debemos procurar un objetivo de vida y es hacer
la voluntad del Señor. Así seremos bendecidos y ante todo glorificaremos su
nombre en la tierra.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer el sermón: "JESÚS LEVANTA AL PARALÍTICO".
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