(Sí no ves el tema completo, sólo haz clic en el título). Introducción: Con frecuencia permitimos que el afán y la
ansiedad gobiernen nuestro corazón, asunto que puede generar hasta
enfermedades.
Es necesario tomar una decisión y es creer en el cuidado de Dios, él nunca desampara a sus hijos, recuerda "Poderoso es Dios para guardarnos sin caída"...
Es necesario tomar una decisión y es creer en el cuidado de Dios, él nunca desampara a sus hijos, recuerda "Poderoso es Dios para guardarnos sin caída"...
Predica: Cómo superar la preocupación.
La Biblia nos dice en Filipenses 4:6-7 “Por nada estéis
afanosos, sino sean conocidas todas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego con acción de gracias, y la paz de Dios que sobrepasa todo
entendimiento guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo
Jesús”.
¿Qué significa estar afanosos? La palabra afán aquí se
traduce del término griego “merimnao” que además traduce: preocupación,
ansiedad, estar afligido. Entonces estar afanoso es andar preocupado, ansioso y
afligido por los problemas o necesidades. El cristiano debe más bien dar a
conocer a Dios sus peticiones.
En toda oración y clamor que levantemos a Dios debemos sin
temor presentar nuestras inquietudes, preocupaciones, necesidades y sueños al
Señor y él no sólo se ocupará de ellas sino que hará su perfecta voluntad.
Nos dice además el pasaje de hoy "con acción de
gracias" precisamente dar gracias por lo que aún no hemos recibido es fe,
pues ésta es la certeza de lo que se espera. Aquí dar gracias es la evidencia
de una oración confiada en la respuesta poderosa y bondadosa de Dios.
La queja y la murmuración no sólo desagradan a Dios, sino que
por cuanto la Biblia dice "el hombre comerá del fruto de su lengua"
las malas palabras traerán tristes cosechas. Un corazón agradecido siempre
tiene una palabra de adoración para Dios.
La Biblia nos sigue diciendo en el versículo siete: "Y
la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo", entonces como consecuencia de presentar
nuestras peticiones a Dios y confiar en él, la paz del Señor vendrá sobre nuestro
corazón y nuestra mente.
Esa paz es superior a nuestro entendimiento, es decir no
sabremos explicarlo pero nuestra vida estará en paz aunque alrededor ruga la
tormenta, por cuanto creemos que Dios se encargará del aquello por lo cual
hemos orado.
No quiere decir que no rogaremos más el respecto sino que
mientras llega la respuesta seguiremos orando sin angustia ni ansiedad, pues
Dios todo lo hace bien a su tiempo.
La paz de Dios se levanta como un muro alrededor de aquel que confía en el poder y cuidado del Señor.
Conclusión: Cuando asome la preocupación o la ansiedad en tu camino, acude a la presencia de Dios, encomienda a Jehová tu camino y el hará. Confía en el poder y cuidado del Señor, él tiene la última palabra.
(Escrito por pastor Gonzalo Sanabria).
Te invitamos a leer el sermón: "LOS DÍAS DE NOÉ Y DE LOT".
.
0 comments:
Publicar un comentario