El bautismo es un poderoso mandamiento de Jesús

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El bautismo es un poderoso mandamiento del Señor Jesús. Hechos 2:41 “Así que los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas”.

Es muy interesante ver que “los que recibieron la palabra fueron bautizados” pues esto nos muestra que la recepción de la palabra de Dios se evidencia con una acción consecuente, no sólo es para atesorarla en la mente, ella cuando es recibida genera acciones correspondientes.  

El mismo Señor Jesús nos dio ejemplo cuando se bautizó, él lo hizo para identificarse con nosotros, y el Padre celestial expresó su gozo ante la obediencia del Hijo y por eso dijo: “Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia”. Cuando obedecemos a Dios su corazón se complace.    

El bautismo establecido por el Señor Jesucristo es una ministración poderosa y tiene varios significados:

a) Es una evidencia de la fe en Jesús. La fe en Dios va mucho más allá de las palabras, nuestra fe debe ir acompañada de frutos y acciones evidentes de lo contrario es una fe sin vida.

b) Es un acto de obediencia a Dios. Cuando rendimos nuestro corazón al Señor esto implica obedecer sus mandamientos, esto es reconocer su señorío.    

c) Es una ministración poderosa. Cuando Jesús se bautizó el Espíritu Santo descendió sobre él en forma de paloma, y vino la voz del Padre celestial. Por eso debemos estar abiertos a la manifestación del poder de Dios en medio del bautismo.    

d) Marca un nuevo comienzo (La vida pasada sin Jesucristo queda atrás y comenzamos una nueva).

e) El bautismo representa muerte, sepultura y resurrección para caminar en vida nueva. Romanos 6:3-4.

f) No debemos demorar el bautismo, Pablo se bautizó apenas escuchó a Ananías, el carcelero de Filipos también se bautizó inmediatamente después de escuchar a Pablo y el etíope después de escuchar la enseñanza de Felipe.

Sin duda cuando obedecemos al Señor Jesús somos bendecidos y no sólo nosotros sino aquellos que nos rodean. Así como el Padre celestial se gozó cuando Jesús se bautizó, también él se goza cuando sus hijos le obedecen.  

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(Escrito por Gonzalo Sanabria).

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