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Introducción: Había una Iglesia
vieja que necesitaba una remodelación, entonces, durante el servicio, el pastor
hizo una apasionada propuesta. Al final del servicio, un hombre muy rico se
paró y anunció, "Pastor, Voy a contribuir con mil dólares". Entonces,
un pedazo de yeso cayó del techo y lo golpeó.
Rápidamente él hombre rico se paró de nuevo, gritando: "Pastor,
Incrementaré mi donación a 5 mil dólares". Antes de que se pudiera sentar,
le cayó otro pedazo de yeso del techo y dijo: "Pastor, voy a dar 10 mil
dólares". Se sentó, y otro pedazo de yeso cayó sobre su cabeza. Se paró y
gritó: "Pastor, daré 20 mil dólares"…silencio… De pronto un anciano
de la iglesia gritó: "¡Vuélvele a pegar, Señor! ¡Vuélvele a pegar!".
Dios nos ayude a tener un corazón generoso….
LA OFRENDA DE ABEL
I. POR SU FE AGRADÓ A DIOS,
HEB. 11:4.
A. Su ofrenda fue en
obediencia a Dios.
Nota: Seguramente sus
padres les habían enseñado como acercarse a Dios, pues Adán y Eva pecaron y
Dios los cubrió con pieles de animales, esto implica sacrificio, y así lo hizo
Abel (en obediencia), pero Caín lo hizo a su manera (Caín es figura de aquel
que quiere acercarse a Dios a su manera, que quiere “obedecer a Dios” de
acuerdo a sus propios argumentos).
B. Su ofrenda fue más
excelente.
Nota: La frase “más
excelente” viene de un término griego “pleíon” que traduce además: más en
cantidad, más en número o más en calidad. Porción mayor. Más grande. La mayor
parte. Mayor dignidad. Superior. Abel era consciente que esa ofrenda era para
el Rey de reyes, el Creador, el dueño de todas las cosas incluso de todo el
rebaño de sus ovejas. Recordemos que Dios también construye a través de
la ofrendas de su pueblo.
C. Dios honró a Abel por
sus ofrendas.
Nota: Aparece la frase:
“sus ofrendas” en plural, indicándonos una de dos cosas:
1. Abel presentó varias
veces una oveja, o
2. Abel presentó una
ofrenda de varias ovejas.
Dios lo justificó por su
fe (pues éste sacrificio es un símbolo de Cristo), y esa fe llevó a Abel a
hacer algo extraordinario, es decir fue más allá de lo ordinario o común. La fe
en Dios nos lleva a hacer cosas especiales para él, por eso dice: “por la fe
Abel…”. Por la fe Abel fue justificado, ésta ofrenda es figura del sacrificio
de Jesús, pues el Hijo de Dios ofrendó su vida al Padre por la salvación de la
humanidad.
Nota: Por la ofrenda que
presentó Dios sigue dando testimonio de él. Hace muchos siglos murió, pero
sigue vivo, pues sigue hablando por su ofrenda. Ése testimonio no sólo es ante
los hombres, es también en el mundo espiritual, recordemos que Satanás le dijo
a Dios acerca de Job:
“¿No le has rodeado de
un vallado protector a él, a su casa y a todo cuanto tiene? Has bendecido el
trabajo de sus manos, y sus ganados se esparcen por el país” (Versión
Nacar-Colunga). También en el libro de Malaquías dice: “yo reprenderé por
vosotros al devorador y no destruirá el fruto de la tierra”. La ofrenda de Abel
daba la fuerza al testimonio de Dios, y permitía la bendición y protección sobre
sus rebaños.
II. POR SU FE ABEL ENTREGÓ
UNA OFRENDA DE SUS LABORES, GÉN. 4:1-5.
A. A través de las ofrendas
reconocemos el Señorío de Dios.
Nota: Dios es dueño y
Señor de todo, mediante las ofrendas estamos reconociendo y expresando esa
verdad que creemos, por ej: los sabios de oriente trajeron incienso, oro y
mirra, reconociendo a Jesús como Rey, honrándolo como el Rey de reyes.
Él es el dueño del oro y de la plata, él le da al hombre el poder de hacer las
riquezas, eso dice la Biblia. Por eso la Escritura nos invita y dice: “Honra a
Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos” (Pro
3:9). El término honrar significa: dar honor, dar gloria, dignificar,
estimar, reconocer.
B. Abel presentó la
primicia de sus ovejas al Señor, vrs. 4.
Nota: Recordemos que
Cristo es primicia del Padre, quien lo dio, y por eso hoy tiene una gran
cosecha de hijos, la Escritura dice: “de tal manera amó Dios al mundo, que Dió
a su Hijo” y otro pasaje dice: “él es el primogénito (primero) entre
muchos hermanos”.
Nota: El término hebreo
para primogénito es bekorá, y traduce: primogénito, primicia, mayor. Algunas
versiones traducen aquí: “primeros nacidos”, “primeras crías”, “los
primerizos”, no lo hizo con dolor, o tristeza, de hecho la Escritura dice: “El
que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra
generosamente, generosamente también segará.
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad,
porque Dios ama al dador alegre”, (2Co 9:6-7).
Nota: La Escritura nos enseña
que Abel ofreció varias ovejas, el texto dice: “primogénitos”. Otra versión
dice: “También Abel llevó al Señor las primeras y mejores crías de sus ovejas.
El Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda”, (DHH). Es por eso que en
Hebreos dice: “dando Dios testimonio de sus ofrendas”, en plural. Es hermoso
ver que aún no había venido Cristo, pero la actitud de su corazón, fue darle lo
primero a Dios.
“Como reconocimiento del
hecho de que todos los productos de la tierra y las crías de sus ganados venían
de Dios, y para mostrar su gratitud por su bondad, los israelitas llevaban como
ofrenda una porción de los frutos que maduraban primero y se consideraba que
eran una promesa de la cosecha venidera”.
C. Abel escogió lo mejor
para presentar a Dios.
Nota: La expresión “de
lo más gordo de ellas”, vrs 4, nos deja ver que él seleccionó, que él
escogió, y tomó lo mejor. La palabra “gordo” del hebreo kjéleb traduce: ser
gordo, abundancia, mejor, destacando la parte más rica o selecta.
La primicia de Abel sigue hablando por él. Dios no sólo mira lo que traemos,
sino el corazón con que venimos a él, por eso dice: “y miró Jehová con agrado a
Abel y a su ofrenda”, primero Dios mira a la persona, luego mira la ofrenda.
Nota: Cuando venimos a
presentar nuestras ofrendas, deben estar acompañadas de fe, gratitud, gozo,
amor a Dios.
Conclusión: Dios envió su Hijo para
darnos salvación, vida y vida en abundancia. Su amor por nosotros debe
impulsarnos a agradecerle con todo nuestro ser, y ésta gratitud debe acompañar
todo lo que hacemos para él.