Introducción:
Hay tiempos difíciles y oscuros, pero por fuertes que sean los vientos
contrarios Jesucristo sigue teniendo poder sobre toda tormenta. Lo más
importante de un camino no es que sea fácil, sino que Cristo vaya con nosotros…
Dios nos ayuda en todo tiempo. Salmo 46:7.
“Jehová
de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. (Selah)”.
Sabemos
por lo que la Biblia nos enseña que Dios siempre está con nosotros. Pero aquí
se utiliza un título muy importante en función de Aquel que nos protege:
“Jehová de los ejércitos”.
Expresión
que nos recuerda que él es el General de todas las huestes celestiales, él y
sus ejércitos están siempre preparados y dispuestos para salir a la batalla en
defensa de sus escogidos. Jehová de los ejércitos es un título que nos recuerda
que nadie le ha ganado ni le ganará una sola batalla.
Dice
además el texto: “Nuestro refugio es el Dios de Jacob”. Esto nos hace recordar
a un hombre con debilidades y fallas como ser humano, pero transformado por el
poder de Dios.
Jacob
fue aquel que huyó de su hermano Esaú, quien quería matarlo porque le quitó la
bendición de su padre Isaac, y huyendo llegó a un lugar donde tuvo una
experiencia con Dios en Bet-el. El Señor lo socorrió en el día de su
angustia.
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Jacob
fue aquel que a pesar de las estrategias malvadas de su suegro Laban, perseveró
y confió en Dios, quien lo bendijo con abundancia, por encima de los obstáculos
de los hombres.
Más tarde lleno de temor en su encuentro con Esaú, pudo ver la
mano de Dios quien transformó ese encuentro en una bendición y en restauración
de las relaciones familiares.
A lo
largo de la vida de Jacob podemos ver definitivamente que Dios es nuestro
escudo y fortaleza, fue el Señor para Jacob refugio, ayuda y bendición. Por eso
podemos decir: “Nuestro refugio es el Dios de Jacob”.
Esta
porción concluye con la palabra “Selah” nuevamente, recordándonos que debemos
reflexionar y tener presente siempre que Dios es nuestro refugio en todo tiempo
y nuestra fortaleza en tiempos de adversidad.
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