Sermón: Busca a Dios, aunque estés triste.
La Biblia nos enseña de manera contundente, que Dios es nuestra fortaleza y refugio en todo tiempo. Por eso, es vital buscar la presencia del Señor, aunque el corazón nuestro se encuentre triste o desanimado.
Hay muchos montes mencionados en la Escritura, se destaca entre estos, el monte de los olivos, pues éste se menciona en la Biblia con cierta frecuencia, y está ubicado al nororiente de la ciudad de Jerusalén, muy cerca de ésta capital.
En el monte de los Olivos, podemos encontrar un huerto muy especial, cuyo nombre es: “huerto de Getsemaní”. En la actualidad, este huerto está cercado y se conserva como un jardín muy visitado.
Nos dice la palabra de Dios en el Evangelio según San Mateo 26:36-39 “Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní… Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a entristecerse y a angustiarse en gran manera… Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo deseo, sino como tú”.
Debemos tener en cuenta, que el
nombre “Getsemaní” tiene un significado muy importante, Getsemaní significa: “Prensa
de aceite” o “lagar de aceite” (estamos hablando de los elementos utilizados para
obtener el aceite de las aceitunas, fruto del árbol del olivo).
Las aceitunas eran trituradas o machacadas en la prensa o pisadas en el lagar. Este lugar viene a ser una figura del proceso en el que el hijo de Dios es formado por el Señor.
Debemos tener en cuenta que éste huerto (el huerto de los Olivos), es muy diferente al huerto del Edén según el Libro de Génesis, pues en el huerto de los Olivos el Señor Jesús dijo: “hágase tu voluntad”; mientras que en el Edén, Adán hizo según su propia voluntad, lo que trajo resultados catastróficos.
La Biblia nos enseña, que a pesar de
aquella desobediencia Dios desarrolló su plan de salvación para los hombres. Sin
importar la condición de tu corazón, busca la presencia de Dios, rinde tu voluntad
a él, y persevera sin importar las circunstancias. Por supuesto, tu comunión
con Dios es fundamental en este tiempo.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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