Introducción:
A veces los tiempos difíciles y los grandes obstáculos pueden hacernos pensar
que Dios no nos está escuchando, o que nuestra oración es en vano. Pero debemos
llevar nuestro corazón a la palabra de Dios y él ha prometido:
“Pídeme y te daré” “Clama a mí y yo te responderé” “Todo lo que pidiereis en mi nombre yo lo haré” por tanto no abandones tu oración, el Señor responderá y lo hará de la mejor manera…
“Pídeme y te daré” “Clama a mí y yo te responderé” “Todo lo que pidiereis en mi nombre yo lo haré” por tanto no abandones tu oración, el Señor responderá y lo hará de la mejor manera…
Predica: Dios escucha tu oración.
Hay
ciertas situaciones que tienen la facultad de acercarnos a Dios. Por ejemplo en
el caso del rey Manasés quien se había apartado de Dios e incluso llevó a Judá
a la idolatría, vive el cautiverio por parte de los asirios, y ante esto él
buscó a Dios.
Nos dice la Biblia del
rey Manasés “Más luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios,
humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres” 2 Crónicas 33:12.
Dios siempre agota los llamados de amor.
El Señor
usa muchas personas, situaciones, siervos y medios para llamarnos a su camino,
para evitarnos el dolor. La necedad y obstinación del corazón humano lo pueden
llevar a la angustia, pues Manasés “fue puesto en angustias”.
Angustia
es una palabra que desde el hebreo bíblico significa también “aflicción” y
“sentir dolores de parto”. Entonces imagínate las situaciones que él vivió allí
en Babilonia. Sin duda esto fue doloroso y vergonzoso, pero esta situación lo
llevó a buscar a Dios.
Nos
dice la Biblia que él “oró a Jehová su Dios”, nótese que dice “su Dios”, antes
nos dice la Escritura que él adoraba y servía a los baales y a Asera, consultaba
su destino a los adivino y hechiceros, pero ahora Manasés ha reconocido que Jehová
es Dios. El rey se vuelve a Dios.
La humildad de corazón precede la
presencia de Dios.
Él
se humilló grandemente en la presencia del Dios de sus padres, entonces él
retomó la fe que sus padres le habían enseñado, la fe que también le enseñó su
abuela Abías, mujer temerosa de Dios. Seguramente ellos mientras vivieron
rogaban por su hijo, lo encomendaban en las manos de Dios, y el Señor tuvo eso
en cuenta.
Humillado
Manasés entró en la presencia de Dios, frase que nos recuerda que no importa el
tamaño de tu problema, o la profundidad de la crisis, la solución y respuesta
la encuentras cuando entras en la presencia del Señor. Humillado, porque la
humildad precede la presencia de Dios, pues él mira de lejos al altivo.
Podemos
recordar aquí que el sumo sacerdote cuando iba a entrar al lugar santísimo, lo
cual era una vez al año, debía doblar sus rodillas, pues el grueso velo no
tenía puerta de ingreso así que debía entrar “humillado” a la presencia de
Dios. Ahora la puerta es Jesucristo el Señor, quien nos abrió un camino nuevo y
vivo a la presencia de Dios.
Dios no rechaza a quien le busca, 2
Crónicas 33:13.
“Y habiendo orado a
él, fue atendido; pues Dios oyó su oración, y lo restauró a Jerusalén, a su
reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios”.
Manasés
había cometido muchos errores y pecados, además de guiar a Judá a la idolatría.
La Biblia nos dice que él se excedió en hacer lo malo, hasta encender la ira de
Jehová. Sin embargo ante su búsqueda de Dios y la humillación de su corazón, el
Señor atendió su oración.
Creo
que cualquiera de nosotros habríamos rechazado esa petición, pero Dios es
bueno. Su enojo desapareció ante la oración de Manasés. Dios lo escuchó, y no
sólo lo sacó de la cárcel, sino que le devolvió su reinado. “Entonces Manasés reconoció
que Jehová era Dios”. Éste reconocer es comprender, darse cuenta.
No
necesitamos caer en angustias para reconocer que Jehová es Dios, no desea el
Señor que le conozcamos o le aceptemos en un marco de dolor, Dios es amor y es
bueno. Por eso dice Dios en su palabra: “Con cuerdas de amor los atraje, quité
el yugo de su cuello, y puse delante de ellos la provisión” Oseas 11:4.
Conclusión: En
esencia Dios ama a la humanidad y por eso envió a su Hijo Jesucristo a dar su
vida en la cruz por nosotros, desea lo mejor para cada uno, por eso quiere
llevarnos por el mejor camino, rindamos nuestro corazón a él, y sigamos sus
pisadas, y no olvidemos lo que dijo David: “No hay para mi bien fuera de
Dios”. (Escrito por pastor Gonzalo Sanabria).
Te invitamos a leer el sermón: "DIOS CUMPLE SUS PROMESAS".
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No hay para mi bien fuera de Dios, q preciosa verdad. Una vez q le conoces, no puedes seguir tu vida igual. Ojalá y todo el mundo experimentase la transformación q se lleva a cabo por medio del Espíritu Santo. Gracias pastor por su tiempo dedicado a enseñarnos
ResponderBorrarMuchas gracias Sara, Dios bendiga tu vida y familia. Gracias por dejarnos tus excelentes comentarios.
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