Introducción: Sin duda cuando llegamos a Jesús, venimos con muchas cosas que cambiar. Él con su amor y poder empieza un maravilloso proceso en el que cada día crecemos, nuestra fe en Dios se hace más fuerte y él nos conduce al destino que nos ha preparado.
Nos da su fuerza y capacitación para avanzar y lograr grandes victorias en su Nombre. Adelante, Dios está contigo…
Predica: Tomás el apóstol transformado por Jesús.
Es muy interesante
considerar a Tomás antes de conocer al Señor Jesús, y convertirse en discípulo
del Maestro.
Podemos ver por la Escritura que Tomás era un
pescador de profesión, habitante de Galilea, lo vemos por ejemplo en Juan 21:2-3 “Estaban juntos Simón
Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de
Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro dijo: Voy a pescar. Ellos
le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron y entraron en una barca; y
aquella noche no pescaron nada”.
Es llamado además el “Dídimo” palabra que quiere
decir el mellizo, no sabemos de quien era mellizo. Por la Biblia podemos
concluir que Tomás era una persona marcadamente racional (es decir usaba su
razón y lógica para entender la vida), y con cierta actitud pesimista; pero
Jesús vio en él el gran potencial para servir Dios.
Veamos las siguientes citas bíblicas que nos hablan
de Tomás:
a) Juan 11:16 “Dijo entonces Tomás, llamado el Dídimo, a sus
condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él”.
Pasaje que nos enseña que Tomás tenía cierto liderazgo
sobre los demás discípulos, lamentablemente en este caso su expresión no fue
edificante, más bien iba en contra vía de la fe. Los judíos habían intentado
apedrear antes dos veces al Señor, y
Tomás tenía temor de que esto volviera a suceder, y tal vez morir.
No era el momento de la crucifixión de Jesús, tampoco
habría intento de apedreamiento, el Señor iba a realizar uno de sus más grandes
milagros: la resurrección de Lázaro, pero la falta de fe de Tomás y el
pesimismo lo llevaron a concluir que iban allí a morir.
b)
Juan 14:3-6 “… Para que donde yo
estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Dijo
Tomás Señor, no sabemos a dónde vas ¿Cómo pues, podemos saber el camino? Jesús
le dijo: Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por
mí”.
Es muy importante tener en cuenta que Jesús está
con sus discípulos en la última cena, aquella noche el Señor sería arrestado
para luego ser juzgado y crucificado. Entonces ya ha estado Jesús con ellos más
de tres años, y aún Tomás no sabe a dónde va su Maestro, aunque lo ha dicho
varias veces, él iba ser crucificado y al tercer día resucitaría. Pero Tomás no
lo había entendido aún.
Creo que en esto nos identificamos con los
discípulos, y con Tomás. Buena parte de las cosas que Dios hace no las
entendemos inicialmente, e incluso aunque el Señor ya al respecto nos haya
hablado.
Finalmente Tomás se convirtió en un poderoso apóstol
del Señor, es decir él supero su débil fe y llegó a ser un instrumento de mucho
valor para la extensión del reino de Dios en la tierra, pues fue el misionero que
llevó la palabra de Dios a la India donde murió. El Señor Jesús transforma nuestro
corazón para su gloria.
(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria).
Te invitamos a leer el sermón: "DIOS ES MI GUÍA Y PROTECTOR".
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