Introducción: Ante la infidelidad del rey Salomón en sus últimos años, el reino de Israel perdió la prosperidad y bendición de Dios, y se vio el rey obligado a aumentar los impuestos sobre el pueblo para sostener su reino.
Después de morir, sube al trono su hijo Roboam y ante él viene el pueblo a pedir una rebaja en los impuestos, pues todo escaseaba y no había bendición de Dios…
Dios siempre tiene la razón.
La soberbia oscurece la sabiduría y precede la caída. 1 Reyes 12:8-11.
“Pero él (el rey Roboam) dejo el consejo que los ancianos le habían dado,
y pidió consejo de los jóvenes que se habían criado con él, y estaban delante
de él… Los jóvenes que se habían criado con él le dijeron: Así hablarás este
pueblo que te ha dicho estas palabras: Tu padre agravó nuestro yugo, más tú
disminúyenos algo; así les hablarás: El menor dedo de los míos es más grueso
que los lomos de mi padre. Ahora, pues, mi padre os cargó de pesado yugo, más
yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, más yo os castigaré
con escorpiones”.
El rey Roboam (hijo del rey Salomón) desecha el consejo de los ancianos
sabios, y pide consejo a los jóvenes. Precisamente por ser jóvenes eran faltos
de experiencia no solo en cuestiones del reino, sino en cuestiones de la vida
misma. Roboam impulsado por su ego, busca otro consejo, el de sus amigos
jóvenes como él.
Cuando llevados por nuestra propia soberbia y orgullo desechamos el
consejo de Dios y su modelo, pensando que podemos hacer cosas mejores
haciéndolo a nuestra manera, en realidad lo que estamos haciendo es cavando el
hoyo donde vamos a caer.
La Escritura nos dice:
La Escritura nos dice:
“Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída es la
altivez de espíritu”. Proverbios 16:18.
El consejo de los jóvenes al re Roboam fue aumentar más bien los
impuestos, recordemos que este aumento venía sobre un pueblo que estaba en
escasez y pedía liberación de aquel pesado yugo. Aquella decisión trajo peores
resultados, pues el reino de Salomón que heredó su hijo Roboam pierde diez
tribus, y por eso se convierte en el reino de Judá (compuesto sólo por dos
tribus: Judá y Benjamín).
Asunto que nos recuerda que en algunas ocasiones el cristiano pierde
bendiciones de Dios por ataques del enemigo; pero muchas otras veces es el
resultado de las malas decisiones del creyente. El reino que había heredado
Roboam pierde ahora un 85% de su total (es decir diez tribus, con sus respectivos
territorios, ejército, ingresos por impuestos, etc).
Creo que hemos conocido muchos casos de personas que han heredado de sus
padres grandes bendiciones, pero en algunas ocasiones las tinieblas han
intervenido afectando dicha bendición (por el pecado de los padres, por la
ilegalidad, por sangre derramada, etc); pero en otros casos ha sido una mala
administración la que ha echado a perder la herencia. Es fundamental buscar a
Dios y seguir su dirección.
La ira, la soberbia y el orgullo impulsan a las personas a tomar malas
decisiones y todo resulta en un fracaso. Fue lo que le sucedió al rey Roboam. Por
eso es necesario ser humildes de corazón y buscar el consejo de Dios. Aunque en
un momento dado sea difícil de entender con nuestra mente natural, Dios siempre
tiene la razón.
Conclusión: Dios no sólo sabe todas las cosas,
él desea bendecirnos, por eso es muy importante procurar su dirección y
seguirla. El Señor siempre tiene la razón, por su amor desea evitarnos el dolor
de seguir nuestro propio camino. Seguir el consejo de Dios es la mejor decisión.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: "LA PRUEBA DE LA OBEDIENCIA".
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