Introducción: Dios premia a quien le busca de
corazón y persevera en ello. Esa perseverancia tendrá obstáculos por superar y
enemigos que vencer, pero al final recibirá la satisfacción de lograr su meta.
En el camino será Dios mismo quien nos dará la sabiduría para enfrentar cada momento y la fuerza para superar cada adversidad, él ha prometido estar con nosotros todos los días…
En el camino será Dios mismo quien nos dará la sabiduría para enfrentar cada momento y la fuerza para superar cada adversidad, él ha prometido estar con nosotros todos los días…
Jesús siempre está de
mi lado.
Buscar a Dios implica
la superación de obstáculos. Lucas 13:10-11
“Enseñaba Jesús en
una sinagoga en el día de reposo; y había allí una mujer que desde hacía
dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna
manera se podía enderezar”.
El Señor Jesús estaba
ejerciendo su ministerio como Maestro de la palabra, y en aquella sinagoga
había una mujer, el mismo Señor en el versículo dieciséis la llama “hija de
Abraham”, lo que nos permite concluir que ella era judía. Era una mujer de
corazón piadoso, pues estaba allí para buscar a Dios, adorar y escuchar la
palabra del Señor.
A pesar de estar bajo
los beneficios del pacto (por ser hebrea), y aunque estaba allí buscando a
Dios, ella estaba sufriendo la aflicción de las tinieblas hacia dieciocho años.
Aquella aflicción causada por un espíritu de enfermedad había generado una gran
curvatura en su espalda que la hacía andar inclinada mirando el suelo.
La expresión “En
ninguna manera se podía enderezar” nos deja ver la impotencia de aquella mujer
ante su crítica situación. Seguramente había hecho muchas cosas para librarse
de aquello, o por lo menos para mejorar su situación, pero de ninguna manera
podía mejorar.
A veces nuestra vida
pasa por situaciones similares, es decir crisis ante las cuales nada podemos
lograr o cambiar, aunque intentemos hacer muchas cosas. En estas situaciones
debemos acudir a Cristo, porque él sí sabe qué hacer y tiene todo el poder para
hacerlo.
Finalmente el Señor
Jesús la ministró y ella fue libre de su enfermedad, se enderezó y glorificaba
Dios. No hay nada difícil para el Señor.
Conclusión: Acércate a Cristo
con confianza, busca su rostro, y no serás decepcionado. Dios todo lo hace bien
a su manera y en su tiempo. Ésta mujer fue a la sinagoga como era su costumbre
a buscar a Dios, y fue bendecida. Dios recompensa a todo aquel que le busca.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: "EN EL DESIERTO DIOS ES TU FORTALEZA".
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