Introducción: Por malas decisiones o por desobediencia vienen
dificultades y aparecen los malos resultados. Algunas veces las situaciones
empeoran, y el enemigo aprovecha todos esto para hacerle pensar al cristiano
que Dios lo ha abandonado. Cosa que por supuesto es falsa, debemos acudir a
Jesucristo nuestro Señor quien perdona nuestros pecados, nos fortalece en la
prueba y es quien rompe toda opresión de las tinieblas…
El poder de Dios produce libertad.
La unción del Espíritu Santo quiebra todo yugo de opresión. Isaías 10:27
“Acontecerá en aquel tiempo que su draga será quitada de tu hombro, y su
yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción”.
Es muy interesante la frase con la que empieza el versículo veintisiete:
“Acontecerá en aquel tiempo” pues nos recuerda que el Señor todo lo hace bien
en su tiempo. Algunas veces consideramos que el Señor puede estarse tardando un
poco, o que tal vez no ha escuchado nuestra oración. Pero esto no es cierto,
Dios oye nuestras oraciones y las responde a su manera y en su perfecto
tiempo.
Ese tiempo del que nos habla éste versículo veintisiete es el tiempo de
la liberación, textualmente nos habla de dos cosas:
a) “La carga será quitada de tu hombro”. A veces el hombro del
creyente lleva pesadas cargas, por malas decisiones, por desobediencia a Dios,
por obra del mismo diablo (como por ejemplo aquella mujer que andaba encorvada
hacía dieciocho años y Jesús la liberó), por un estilo de vida no sometido al
modelo de Cristo, etc.
Esas cargas no sólo afligen y entristecen a la persona, sino que roban la
vida o desgastan las fuerzas, provocando incluso que la persona no quiera
avanzar o caminar más. Antes las cargas debemos acudir a Cristo y confiar en su
poder y cuidado para hallar descanso y nuevas fuerzas.
Por eso la Biblia nos aconseja: “Despojémonos de todo peso y del pecado
que nos asedia y corramos con paciencia la carrera que tenemos por
delante”.
b) “Será quitado el yugo de tu cerviz”.
Esta expresión nos recuerda que a veces la persona está sometida o subyugada a
condiciones emocionales y/o espirituales por obra de las tinieblas, o por
consecuencia de la desobediencia. Ante el arrepentimiento, y el volver a Dios,
el Señor promete quitar esa aflicción, opresión o esclavitud.
La Biblia añade aquí diciendo: “Y el yugo se pudrirá a causa de la
unción”. El poder de Dios se manifestará destruyendo el poder del yugo de
aflicción. En éste caso hablamos del yugo de Asiria, yugo de juicio
(consecuencia del pecado), yugo de crueldad y violencia (eventos de dolor y
muerte que una persona o familia vive continuamente).
El Señor Jesús anduvo liberando y sanando a todos los oprimidos por el
diablo, su poder es el que quebranta las cadenas y los yugos de opresión y
cautiverio, Jesús ha venido a darnos vida y vida en abundancia, él es quien
pudre el yugo y trae bendición.
Conclusión: No hay nada imposible para Dios, con
su poder y autoridad Jesucristo el Señor quebranta el yugo de la opresión, él
rompe toda cadena de aflicción y el manto de destrucción que genera muerte es
quitado por la diestra de Dios trayendo vida y bendición.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: "EN EL DESIERTO DIOS ES TU FORTALEZA".
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