(Te invito a leer: Sermones escritos para predicar).
Cada crisis debemos verla como una oportunidad para creer en la fe, una oportunidad para ver la gloria de Dios y una oportunidad para fortalecer nuestro carácter en Cristo…
Mira adelante, no retrocedas.
Los malos recuerdos
pueden afectar profundamente la conducta del ser humano. En la Escritura vemos
a personas anhelando volver a su pasado, por ejemplo Israel por el desierto
tuvo fuertes deseos de volver a Egipto:
a) Éxodo 16:2-3 “Y toda la congregación de los hijos
de Israel murmuró… y decían: Ojala hubiéramos muerto por mano de Jehová en
Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne y comíamos pan hasta
saciarnos...”.
El pueblo de
Israel murmura contra la voluntad de Dios, están molestos por el camino y los
obstáculos que encuentran en él. Expresan su deseo por Egipto, esclavitud que
había quedado atrás, pero ahora la recuerdan con nostalgia y con deseo.
Cuidado, a
veces el enemigo utiliza las dificultades u obstáculos del camino (aumentando
su verdadero tamaño) y acude a los recuerdos del pasado, haciéndole creer al
cristiano que es mejor lo que quedó atrás, que lo nuevo que Dios tiene
adelante. Siempre lo que Dios tiene para ti es mejor y más grande.
b) La esposa de Lot cuando salía de
Sodoma y Gomorra, teniendo de Dios el mandamiento de no mirar atrás, con
nostalgia y tristeza por el pasado que era destruido miró atrás y se convirtió
en una estatua de sal. Pablo dijo: “Sí las cosas que destruí, las mismas vuelvo
a edificar, transgresor me hago”.
El Señor nos dice
que es mejor no acordarse de las cosas pasadas, es mejor mirar lo que Dios está
haciendo y lo que está por hacer. Isaías 43:18-19 “No os acordéis de las cosas
pasadas, ni traigáis a memoria las cosas
antiguas. He aquí que yo hago cosas nueva; pronto saldrá a la luz ¿no la
conoceréis? Otra vez abriré camino en el
desierto, y ríos en la soledad”.
Aquí la Biblia nos
recuerda el poder transformador del Señor, él puede abrir camino donde no lo hay,
y quizá donde pensamos que no es posible entrar. Él puede abrir ríos en el
desierto, es decir él hace lo que es imposible para los hombres. Entonces
pensar en el triste pasado, estorba los nuevos milagros que Dios quiere hacer.
Conclusión: Dios nos fortalece ante toda adversidad, de su mano
superaremos todo obstáculo del camino, es necesario perseverar confiando no
sólo en su poder, sino además en su bondad, pues al final nos llevará al mejor
destino que nos ha preparado.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: "EN EL DESIERTO DIOS ES TU FORTALEZA".
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