Introducción: Cuando llegamos a los caminos de Dios podemos caer en la tentación de volvernos conformes. Limitarnos a la salvación recibida, al perdón de los pecados y asistir a la iglesia, pero Jesucristo tiene muchas más cosas para darnos y enseñarnos.
Por eso más bien debemos fortalecer nuestra comunión con el Espíritu Santo y crecer en la revelación de nuestro Señor Jesucristo y todo lo que alcanzó para nosotros…
Jesús tiene mucho más para ti.
Jesucristo
es nuestro libertador. Isaías 9:6-7 “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es
dado, y el principado sobre su hombro”; y se llamará su nombre Admirable,
Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su
imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino,
disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para
siempre, El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”.
Estos
dos versículos no sólo nos revelan el nacimiento del Señor Jesucristo, sino la
naturaleza y carácter de su ministerio y obra. Es necesario conocer muchos más
al Señor Jesús y así también conoceremos todo lo que tiene para nosotros.
En el
pasaje anterior se nos dan cinco títulos para el Señor Jesús:
a) Admirable: Indica que Jesús
continuará haciendo las grandes obras de Dios. La palabra hebrea indica los
aspectos extraordinarios y maravillosos del Señor y de su obra, siempre a favro
de sus hijos.
b) Consejero: Jesús es aquel que tiene palabras de vida
eterna y además como Dios y Hombre será
consejero como ninguno otro puede serlo. Por haber vivido como hombre aquí en
la tierra, puede entendernos perfectamente.
c) Dios fuerte: Expresión que destaca
a Dios como el Poderoso, el Guerrero, la palabra hace énfasis en el contexto de
batalla. Como ninguno Dios siempre será vencedor en toda batalla, por eso es
Dios fuerte.
d) Padre Eterno: hace referencia al Señor como autor de vida
eterna para los redimidos. Destaca la
naturaleza de Jesús como Dios eterno y bondadoso salvador.
e) Príncipe de Paz: Aquel que otorga
“Shalom” en su sentido pleno, es decir: salud, justicia, bienestar,
prosperidad, paz, bendición y victoria. En Jesucristo hallaremos siempre la
verdadera paz.
De hecho la Biblia nos dice que Jesús desarrolló un ministerio bajo el poder del Espíritu Santo mientras estuvo aquí en la tierra, y por eso “anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo”. Vemos aquí pues la muestra de la voluntad de Dios: Salvación y liberación para los hombres. Dios no quiere a su pueblo bajo angustia y aflicción.
Conclusión: La voluntad de Dios
para sus hijos es salvación, libertad, prosperidad, paz, victoria. No quiere el
Señor que las tinieblas gobiernen o aflijan a sus hijos. Cristo ha venido no
sólo a darnos vida eterna, sino a darnos libertad y bendición aquí en la tierra.
Él con su poder quiebra el yugo de la angustia y la opresión, que ha estado sobre
el hombro de sus hijos. Gracias Jesús por darnos libertad.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: "EN EL DESIERTO DIOS ES TU FORTALEZA".
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