Introducción: Hay ciertas acciones de Dios que
no comprendemos inicialmente, en otras ocasiones su dirección es difícil de
entender, y en otros momentos no logramos asimilar la voluntad de Dios, pero en
medio de todo esto debemos fortalecer nuestra fe en el Señor, pues aunque no entendemos
lo que sucede, Dios todo lo hace para nuestro bien…
Es fundamental someternos a la voluntad de Dios.
Jesús nos enseña la importancia del sometimiento.
Juan 18:10-11
“Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la
desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha.
Y el siervo se llamaba Malco. Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la
vaina; la copa que el Padre me ha dado ¿no la he de beber?”.
Unas horas después estando el Señor Jesús en el
huerto de Getsemaní viene Judas dirigiendo a soldados, alguaciles, fariseos,
entre otros, para arrestar al Maestro. Nos dice el texto bíblico que Pedro sacó
una espada e hirió a Malco, siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja
derecha.
El Señor Jesús quien siempre nos está enseñando,
corrigió a Pedro mandándole a guardar su espada diciendo: “la copa que el Padre
me ha dado ¿no la he de beber?”. El Señor Jesús sabía que este momento crítico
y difícil era parte del camino. Él estaba sometiéndose a la voluntad del Padre
celestial.
En contraste Pedro aún andaba armado, a la
defensiva y dispuesto a pelear. Los discípulos no podían ver a Malco como parte
de la copa del Padre celestial. No veían que en ese momento Malco era un instrumento
de Dios. Con frecuencia nos cuesta ver que ciertas etapas de nuestra vida son
parte de la voluntad de Dios.
Si Jesús no se somete a la voluntad del Padre el
plan de salvación se había dañado. Muchas veces sólo vemos cómo nos afecta algo
a nosotros en particular, estamos tan centrados en nosotros mismos que no vemos
el impacto de nuestras acciones en otros. Podemos enfocarnos sólo en el momento
actual, y no mirar hacia el futuro y sus resultados.
Malco es un nombre que significa: “que reina” - “mi
rey” y creo que ese significado aquí nos permite ver que con frecuencia
atacamos al que representa al rey, o al agente de gobierno. La falta de
obediencia y sometimiento a la autoridad terrenal es una evidencia de problemas
para obedecer a la autoridad celestial.
Ver a Dios en otras personas, incluso en
nuestras autoridades, es algo que debemos aprender para crecer en el reino de
Dios. Jesús se sometió al siervo del sumo sacerdote, lo respetó y llevado por
los soldados fue a ser sentenciado. Es necesario rendir nuestro corazón a la
voluntad de Dios.
El Señor Jesús luego fue exaltado a lo sumo,
entonces la exaltación, honra y promoción está precedida de la cruz. No hay
corona sin cruz. La obediencia es el secreto del éxito.
Conclusión: Dios ha establecido
el diseño para nuestra vida, así como un
maravilloso propósito para cada uno. El cimiento sobre el cual se
edifica y crece el hijo de Dios se llama obediencia, en ella somos ejercitados
y cuando alcanzamos madurez al respecto no sólo veremos la gloria de Dios
manifestarse al cumplirse su plan, sino que seremos rodeados de múltiples
bendiciones.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: "LA PRUEBA DE LA OBEDIENCIA".
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