Cuando la fe es probada.
La Biblia nos
enseña que Dios permite que satanás toque los bienes y la familia de Job. La
Escritura nos dice que un mismo día vino la desgracia sobre sus ganados y sobre
los criados que los cuidaban, así como sobre sus hijos quienes estaban en un
banquete y aquella casa cayó sobre ellos y murieron. Nos dice la Biblia que Job
no culpó a Dios: Job 1:20-22
“Entonces Job se
levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y
dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio,
y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job ni atribuyó
a Dios despropósito alguno”.
Ante una prueba o
crisis nuestro corazón puede reaccionar con enojo, murmuración, queja,
acusación, etc. Job adoró a Dios y no pecó con sus labios. Sin embargo aquella
crisis estaba afectando de otra manera a su esposa. Cuando satanás atacó
nuevamente a Job, su esposa expresó la condición de su corazón: Job
2:7-9
“Entonces salió
Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la
planta del pie hasta la coronilla de su cabeza. Y tomaba Job un tiesto para
rascarse con él, y estaba sentado en medio de la ceniza. Entonces le dijo su
mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios y muérete”.
Por supuesto lo
que ella había vivido hasta ese momento era muy difícil y doloroso. Asunto que
nos recuerda la importancia de velar por el otro. A veces como pareja somos
indiferentes a las luchas o crisis que el otro vive. Es necesario “ponernos en
los zapatos del otro” para comprender un poco más al cónyuge, y así ayudarle y
orar por él.
Ella le dice a su
esposo: “Maldice a Dios, y muérete”. Sin duda una frase incorrecta y
pecaminosa. Es bueno tener en cuenta que la llevó a explotar de esa manera,
manera que por supuesto no debemos imitar. Ella había perdido diez hijos, todo
el patrimonio familiar, y ahora su esposo tenía una sarna maligna en todo su
cuerpo. Lamentablemente su carácter no soportó más.
A veces los
problemas en casa, los conflictos de pareja, los problemas sin resolver, las
diferencias matrimoniales, pueden llegar a ejercer tal presión que la persona
no aguanta más y estalla, causando daños a quienes le rodean, es decir son
lastimados los seres que más amamos. O podemos actuar como Job quien “se postró
en tierra y adoró” Job 1:20.
Conclusión: Sin duda lo vivido por Job muy muy duro y difícil
de entender, pero él decidió confiar en Dios, no levantó su boca contra el
Señor, más bien nos dice la Biblia que él adoró, y así no pecó contra Dios. Finalmente
fue exaltado por Dios quien le bendijo con mucho más de lo que tenía. Al final
de toda prueba veremos la bendición y victoria en Cristo.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
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