Introducción: El deseo de Dios es ungirnos con su
poder, revestirnos de su favor y conducir nuestra vida a su plan, el cual
diseño desde antes de la fundación del mundo.
Así como sus planes son grandes, también las capacidades requeridas son grandes, por eso nos dio su Espíritu Santo, quien nos reviste de poder para alcanzar el plan divino y superar los obstáculos del camino…
Así como sus planes son grandes, también las capacidades requeridas son grandes, por eso nos dio su Espíritu Santo, quien nos reviste de poder para alcanzar el plan divino y superar los obstáculos del camino…
Sed llenos del Espíritu Santo.
Nos dice Hechos 4:8-10 “Entonces Pedro, lleno del
Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel: Puesto
que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué
manera éste haya sido sanado, sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo
de Israel, que en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis
y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra
presencia sano”.
Es muy
importante la expresión que nos enseña la Biblia en el versículo 8: “Pedro
lleno del Espíritu Santo, les dijo…”. La palabra “lleno” nos muestra a una persona
ungida por el Espíritu de Dios.
El
aceite del Señor reposa sobre el cristiano para hacer aquello para lo cual fue
creado y diseñado. Es decir la unción del Espíritu Santo nos capacita para
cumplir con la voluntad de Dios y alcanzar el propósito divino para nuestra
vida.
Es
importante también tener en cuenta que esa llenura del Espíritu Santo es
presentada aquí justo antes de Pedro empezar a hablar de Jesucristo. Asunto que
nos recuerda la importancia de la unción del Espíritu Santo en el cristiano
para anunciar debidamente el mensaje de Jesús. Es fundamental que el predicador
procure el poder del Espíritu Santo para anunciar con denuedo el evangelio
del reino de Dios.
Pedro explica que aquel milagro (la sanidad del cojo de nacimiento) se realizó en el nombre de Jesucristo de Nazaret. Jesús ya había dicho: “En mi nombre echarán fuera demonios, hablaran nuevas lenguas, sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”, y la Carta a los Filipenses nos dice que el Padre le dio “un nombre sobre todo nombre”.
Pedro explica que aquel milagro (la sanidad del cojo de nacimiento) se realizó en el nombre de Jesucristo de Nazaret. Jesús ya había dicho: “En mi nombre echarán fuera demonios, hablaran nuevas lenguas, sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”, y la Carta a los Filipenses nos dice que el Padre le dio “un nombre sobre todo nombre”.
Entonces
el nombre de Jesucristo no sólo es el más importante, sino el más poderoso, ya
que al pronunciarlo se proclama al mundo natural y al espiritual la victoria
completa y absoluta que Cristo conquistó en la cruz del calvario.
Jesús
murió y resucitó de los muertos al tercer día sobre todo poder infernal, derrotó
a todo principado y potestad, tomó las llaves de la muerte y del hades, y el
que estuvo muerto, hoy vive por los siglos de los siglos. Amén.
Conclusión: Como hijos de Dios
debemos procurar la llenura del Espíritu Santo, pues no sólo es necesario para
ver los milagros del Señor, sino para vivir vidas transformadas que testifican
la obra de Dios. Por el gran poder que hay en el nombre de Jesucristo podemos
avanzar y vencer.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer el sermón: "LA PALABRA DE DIOS ES PODEROSA".
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