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Sermones cristianos para predicar
A tu disposición ponemos sermones escritos para predicar: Esperamos que este material compuesto por sermones, estudios, devocionales...
Reflexión cristiana: En Jesucristo hallarás la ayuda perfecta y completa.
Es muy importante en nuestra vida espiritual tener presente que el Señor Jesús nos comprende y a cabalidad conoce nuestras dificultades y nuestra humana condición...
La Biblia nos enseña que el Maestro nació en Belén y creció en Nazaret como cualquier otro niño hebreo, y como cualquier persona vivió diversas necesidades físicas y espirituales.
Por ejemplo nos enseñan los evangelios que el Señor Jesús: “Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre” Marcos 11:12, también le daba sueño, experimentaba fatiga, por eso él entiende al ser humano y sus diversas dificultades y necesidades.
El Señor Jesús en su etapa de niñez fue instruido como otro niño judío, como joven y adulto experimentó la tentación, y enfrentó problemas, dificultades y tuvo que superar muchos obstáculos, por eso tiene esa capacidad de comprendernos y está siempre presto parta ayudarnos.
Además, como nos enseña la Escritura, en su condición como Dios conoce nuestra persona a profundidad, él es nuestro creador, por eso la Biblia nos dice: “todo fue creado por medio de él y para él”, entonces como Creador él conoce la estructura material, emocional y espiritual de cada ser humano.
Por todo esto es el Señor Jesucristo quien sabe precisamente cómo ayudar y guiar a cada uno de sus hijos. Puedes abrir tu corazón plenamente a él, y sin reservas contarle a él todas tus luchas, debilidades y conflictos y él no sólo te entenderá, sino que te ayudará a superar tu propios errores para avanzar hacia su buena voluntad. Nadie te puede ayudar como sólo Jesucristo puede hacerlo.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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Reflexiones cristianas escritas.- 29.4.20
- Pastor Gonzalo Sanabria
- Jesús, tenemos, tormenta, victoria
- No comments
Sermón: Con Jesús tenemos la victoria
sobre toda tormenta. La palabra de Dios nos enseña
en Marcos 4:35-39 “Aquel día, cuando llegó la noche, el Señor les dijo: Pasemos
al otro lado… Pero se levantó una gran tempestad… y echaba las olas en la
barca, de tal manera que ya se anegaba
Mientras tanto el Señor
estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron:
Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento,
y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo gran bonanza”.
Este inmenso lago es llamado
Mar de Galilea en comparación con el tamaño del territorio de Israel, pero es
un gran lago de agua dulce. Debido al bajo nivel del mar de Galilea, la temperatura
del aire es mucho más cálida allí, y por el valle del río Jordán llegan fuertes
vientos del monte Hermón, el cual tiene su cima coronada de nieve y todo esto resulta
en trastornos atmosféricos, que generan la formación de tormentas en el Mar de Galilea.
Debemos tener en cuenta que
habían entre ellos varios pescadores, ellos habían crecido allí, y conocían muy
bien el lago, lo más probable es que pensaron que aquella noche estaba muy bien
para viajar por el lago, sin embargo nos dice la Biblia que “se levantó una
gran tempestad”, fue algo repentino.
Es muy importante en nuestra
vida tener la actitud correcta ante las tormentas. El Señor Jesús dormía, él
estaba confiado en la protección de su Padre y estaba seguro del propósito
divino, esta fe y seguridad genera paz y confianza.
En contraste con esto, los discípulos
del Señor estaban temerosos e incrédulos, el antónimo de la fe es el temor, la
fe se alimenta con la Palabra de Dios, el miedo se alimenta con las palabras de
fracaso y angustia.
También debemos destacar que tu
boca es el instrumento de Dios para vencer la tormenta, pues el Señor Jesús le
habló a la tormenta, y mientras los discípulos hablaban de morir, Jesús declaró
la victoria. Ten en cuenta: Tus palabra alimentarán la tormenta o la harán menguar.
Nos dice el pasaje bíblico
que el Señor Jesús: “reprendió al viento… y cesó el viento” entonces háblale
con autoridad al origen de tu tormenta, y Dios se levantará a tu favor, él te dará
la victoria.
Como podemos leer en este
pasaje el plan de Jesús era ir al otro lado, allí el Señor realizó uno de los
más grandes milagros de su ministerio: la liberación del endemoniado gadareno. Seguramente
aparecerán obstáculos en el camino hacía el propósito de Dios, pero esfuérzate
porque el plan del Señor prevalecerá.
Una tormenta en nuestra vida
puede aparecer, y puede venir para distraerte, para evitar que avances, para
generar miedo e incredulidad y hacerte retroceder, pero recuerda el Señor Jesús
está contigo, persevera, adelante hay grandes victorias y bendiciones de Dios
para ti.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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Predica: El Señor
Jesús puede transformar tu vida. La palabra de
Dios nos enseña en el Evangelio de Mateo 9:27-30 “Pasando Jesús de allí, le siguieron
dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de
David! Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis
que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo:
Conforme a vuestra fe os sea hecho. Y los ojos de ellos fueron abiertos”...
Predica: Dios te hace libre para que le sirvas
Nos dice la Biblia en
Éxodo 8:1 “Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y
dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva”...
La palabra de Dios nos
dice que las plagas o juicio de Dios cayeron sobre Egipto y la dureza del
corazón de Faraón, quien veía la destrucción gradual de su imperio, continuaba.
Él lleno de arrogancia y soberbia no obedecía al mensaje de Dios.
Esto nos recuerda que la
dureza de nuestro corazón nos lleva a sufrir las consecuencias de no oír y
obedecer al Señor. La desobediencia y la rebelión delante de Dios tienen un
alto costo.
La palabra de Dios nos
enseña que Moisés venía de estar en la presencia de Dios, pues el texto dice:
“Jehová dijo a Moisés”, y es enviado por el Señor a “entrar en la presencia de
Faraón”. Debemos mantener este orden: primero Dios y luego los demás y las
otras cosas.
Cuando estamos en la
presencia del Señor conocemos su consejo, sus planes, allí somos comisionados y
ungidos para llevar a cabos su planes. El ministerio o servicio debe ser el
resultado de la comunión con Dios, por eso el Señor dijo: “Al Señor tu Dios
adorarás y a él sólo servirás”, la adoración personal, intima, debe preceder el
servicio a nuestro Dios.
Las palabras que Dios envía
a Faraón son muy significativas: “deja ir a mi pueblo, para que me sirva”. La
primera parte de la frase (“deja ir a mi pueblo”) nos enseña varias cosas
importantes:
El faraón (quien representa
al enemigo del pueblo de Dios usará todos los medios posibles para tenerlo
cautivo, de manera que no pueda servir al Señor; le presentará muchas
alternativas para tenerlo ocupado y distraído, sin que se interese por el reino
de Dios.
Podemos observar en la
segunda parte de la frase (“para que me sirva”) el propósito, diseño y plan
divino. Dios nos ha equipado para alcanzar lo que él ha planeado para nuestra
vida.
La palabra “servir” aquí
se traduce del término hebreo “abád” que además traduce: adorar, arar, culto,
desempeñar, honrar, ministrar, trabajar. Entonces nuestro servicio debe ser una
expresión de adoración y gratitud a Dios, y no una carga incomoda ni molesta.
La verdad es que nosotros
servimos al Señor por gratitud, porque lo amamos, porque ha extendido su gracia
sobre nosotros y cómo dijo el apóstol Pablo: “su gracia no ha sido en vano para
conmigo”.
Como nos enseña la Biblia
al final Dios libera a su pueblo, a través de obras sobrenaturales, y es lo que
está dispuesto a hacer por ti, si avanzas y le crees, pues él no ha cambiado,
su deseo es la libertad para sus hijos y que cada uno de ellos avance en victoria
y libertad hacia los planes divinos.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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Reflexión cristiana: Desecha el mal camino y sigue a Dios.
Nos enseña la Biblia en Salmo 1:1-3 ¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del Señor está su delicia, y en su ley medita de día y de noche! Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no ce, y en todo lo que hace es prosperado”...
Con frecuencia encontramos el caso de personas que no pueden conciliar el sueño por la fuerte pasión con la que comienzan un plan o proyecto. Tal vez hallemos a otras personas que invierten su vida para alcanzar su sueño, invierten todas sus fuerzas, su tiempo y aún sus finanzas, lo invierten todo para alcanzar sus metas.
Estas actitudes deben generar en nosotros una reflexión, y es que debemos ser apasionados por la presencia de Dios y por sus planes para nuestra vida.
No podemos negar que este mundo y sus sistemas ofrecen muchas cosas, quizá atractivas y otras nos pueden agradar, pero son cosas que probablemente no agradan a Dios, y por eso debemos resistirnos.
La Biblia nos enseña en los evangelios que el tentador le ofreció al Señor Jesús la gloria de esta tierra, pero el Maestro decidió obedecer a su Padre celestial. Las tinieblas ofrecen éxito sin Dios, pero sus resultados finales son soledad, ruina, vaciedad, vergüenza y dolor, como le ocurrió al hijo prodigo, quien se fue en pos de sus propias pasiones y todo terminó muy mal para él.
Por eso seguir el consejo de Dios y tomar decisiones a la luz de su palabra, será siempre el mejor camino. Así es como cosecharemos las mejores bendiciones y los planes de Dios se harán efectivos en nuestra vida.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Reflexiones cristianas escritas.
- 27.4.20
- Pastor Gonzalo Sanabria
- bendice, Dios, nuestra, vida
- No comments
Sermón: Dios bendice nuestra vida cuando lo buscamos.
Es muy interesante considerar la vida de un minero, quien dedica todas sus fuerzas, su patrimonio, todo su tiempo y la vida entera buscando el oro o las esmeraldas que están en el interior de la tierra, de las montañas o en las profundas y frías aguas...
La historia registra que algunos de ellos mueren en el intento o después de muchos años sin alcanzar a ver nada, otros sobreviven pero no obtienen ningún logro económico significativo, y otros muy pocos logran en realidad sus sueños y anhelos.
La palabra de Dios nos anima y exhorta una y otra vez a buscar con intensidad y perseverancia la presencia de Dios. Es seguro que cuando decides buscar al Señor, él te dará los tesoros escondidos y las más grandes bendiciones.
Dios por su Espíritu te revelará los secretos guardados y aquellas cosas que ningún ojo vio, ni oído oyó, ni han subido en ningún corazón humano. Él recompensa a quien le busca.
Por eso con razón dice la Biblia: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que la hay, y que es galardonador de los que le buscan” Hebreos 11:6.
Como nos enseña este versículo “Dios es galardonador de los que le buscan”, es decir el Señor recompensa, bendice y levanta en alto a toda persona que procura su presencia y su consejo. Ninguno que busque a Dios con perseverancia y constancia perderá su tiempo y esfuerzo, el Señor es bueno y le bendecirá de manera múltiple, y no sólo a él sino a toda su casa.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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Predica: Los planes de Dios en tu vida se cumplirán. Nos enseña la palabra de
Dios en Éxodo 3:1-2a “Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro,
sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta
Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego
en medio de una zarza”.
Para este momento han transcurrido
cuarenta años desde que Moisés salió huyendo de Egipto, y se ha refugiado en la
tierra de Madián, y ahora está casado con Sefora, tiene un hijo a quien le puso
por nombre: Gersón, cuyo significado es “forastero soy en tierra ajena” (Éxodo
2:22), y expresa, sin duda, aquello que viviendo Moisés. Su segundo hijo se
llamó Eliezer.
Además nos enseña la Biblia
que Moisés trabajaba como pastor de ovejas, y son significativos los detalles
que la palabra de Dios nos da aquí, por ejemplo nos dice que:
Eran “las ovejas de Jetro
su suegro” (no eran de él, por tanto a pesar de muchos años no había logrado
prosperar), y también nos dice el pasaje bíblico que las “llevó a través del
desierto”, de manera que hablamos de un camino difícil: calor de día, mucho
frío de noche, soledad, entre otras cosas.
Teniendo en cuenta que
Moisés tenía ochenta años de edad, tiene familia, vive muy lejos de la tierra
de sus padres y es pastor de ovejas, lo más probable es que en su mente y
corazón ya no laten con fuerza aquellos sueños de ser un libertador u un líder
poderoso para la gloria de Dios.
Todas estas cosas
seguramente ya las había olvidado. Pero Dios no, aunque Moisés había fallado,
aunque estaba en un desierto, aunque tenía ochenta años de edad, el plan de
Dios seguía vigente, el Señor no lo había desechado ni olvidado.
La palabra de Dios nos
enseña que el Señor se le apareció a Moisés en el desierto, en un escenario y
modo que ninguno ser humano esperaría. Pero así es Dios, se manifiesta cuando
él quiere, y dónde él quiere (de acuerdo a Su perfecta voluntad), él es el
Señor, Dios todopoderoso y soberano.
Podemos concluir que
Moisés por el fracaso del pasado huía de la gente, de grandes
responsabilidades, de cualquier posible liderazgo, pero no podía huir y
esconderse de Dios. Podemos recordar aquí las palabras del salmista cuando
dijo: “a donde huiré de tu presencia, a dónde huiré de tu Espíritu?”.
A la luz de esta reflexión
podemos concluir que Dios no desecha a sus hijos. Cuando hemos fallado en
nuestra vida o ministerio, o hemos tenido decepciones, somos tentados a huir, a
no intentarlo de nuevo, o pensamos en olvidar lo que un día soñamos, pero Dios
es restaurador por excelencia, él no desecha a sus hijos ni se olvida de sus
planes. Acércate a la presencia de Dios, y él transformará todas las cosas a su
manera y en su tiempo.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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Sermón: Todo llega en el tiempo perfecto de Dios. La Biblia nos enseña en Génesis
40:23, 41:1, 9 y 14 “Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le
olvidó. Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño… Entonces el jefe
de los coperos habló a Faraón… y en ese momento Faraón envió y llamó a José. Y
lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos y
vino ante Faraón”...
En este pasaje bíblico
podemos observar una nueva decepción que José experimenta en su vida. Él estaba
en la cárcel, y allí por el favor de Dios atendía todas las cosas, y le
correspondió atender al jefe de los coperos y al jefe de los panaderos que el
Faraón había castigado enviándolos a la cárcel.
Estando ellos allí tuvieron
dos sueños, cada uno un sueño, y José interpretó aquellos sueños y como José
les dijo así se cumplieron. José le pidió al jefe de los coperos que se
acordará de él cuando estuviera delante del Faraón, pero éste lo olvido.
Lo más seguro es que esto
mismo nos ha sucedido antes, que habiendo servido y bendecido a otros, éstos se
olvidan rápidamente de los favores recibidos, y en tiempos de dificultad no se
acuerdan de la ayuda recibida.
La palabra de Dios nos dice
que “pasados dos años el faraón tuvo un sueño”. Definitivamente debemos
aprender a esperar y caminar en los tiempos del Señor, aquel sueño lo tendría
Faraón en el tiempo señalado por Dios, y no en el tiempo de los hombres.
Este sueño no vino a Faraón a
los seis meses, ni a los cinco años de José estar en la cárcel, el faraón
tendría el sueño dos años después de salir el copero de la cárcel, entonces
podemos concluir que el olvido del copero formaba parte de los tiempos de Dios.
Para el momento en el que
Faraón manda a sacar a José de la cárcel, éste tiene treinta años de edad, según
Génesis 41:46, y Dios usó al jefe de los coperos, quien se acordó de José y le
habló al Faraón en el tiempo del Señor.
Entonces podemos ver a Dios usando
diversos medios, recursos y personas para finalmente conducirnos a Su voluntad
(Dios usó a Potifar, al jefe de la cárcel, al jefe de los coperos y luego al
mismo faraón para poner a José como segundo señor en el imperio egipcio).
La palabra de Dios nos enseña
que José fue sacado de la cárcel apresuradamente para ser presentado ante el
faraón e interpretar el sueño de éste. Dios quiere usarnos en gran manera, sin
embargo él desea trabajar primero en nuestro ser (carácter) y luego en nuestro
quehacer (servicio). Primero el corazón y luego los dones, este es el orden
correcto.
Dios trabajó en el carácter
de José y poco a poco lo fue capacitando para el futuro papel que iba a desempeñar.
Por eso estuvo trece años entre la casa de Potifar y la cárcel real, lugares
donde aprendió no sólo administración, sino perdón, tolerancia, humildad,
sujeción, responsabilidad, etc, y desarrolló los talentos recibidos del cielo.
En el tiempo de Dios José fue
levantado a lugares de privilegio y bendición, con un corazón que le daba la
honra y gloria a Dios. Debemos confiar en los propósitos del Señor y en su
cuidado, él sabe muy bien lo que hace.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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Jesucristo es quien sana a los enfermos y libera a loa cautivos. Nos dice la Biblia en Lucas 4:40 “Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba”...
Lo primero que debemos destacar en este texto bíblico es que la presencia del Señor Jesús no pasa inadvertida, pues ellos se enteraron que él estaba en la ciudad. Las familias afligidas por diversas situaciones venían a Jesús y traían sus enfermos, y podemos identificar un par de cosas aquí:
1) Ellos vienen creyendo que Jesús haría algo por sus enfermos.
2) Ellos intercedían por sus familiares. No eran indolentes con su propia familia.
Podemos ver además en este versículo que el Señor Jesús atiende personalmente a quienes acuden a él: “Poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba”.
Esta frase nos muestra al Señor tocando personalmente a cada uno, el Maestro estaba interesado en cada persona, no importa su estrato, su educación, o cuán grande es su dificultad, Jesús los atiende a todos.
Debemos recordar que el evangelio de Mateo nos muestra el corazón compasivo del Señor Jesús, Mateo 14:14 “y Jesús vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos”, él conocía su dolor, sus luchas, su impotencia, y sólo un milagro cambiaría su condición, y Jesús lo hizo. El Señor Jesús sigue haciendo milagros, gracias Señor por hacerlo.
Además de sanar a los enfermos el Señor anduvo liberando a los cautivos: "Y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó".
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Reflexiones cristianas cortas.
La importancia de perdonar a los padres. Uno de los aspectos
fundamentales en la vida cristiana es caminar en perdón, todos de una u otra
manera somos ofendidos y perdonar es fundamental para impedir que la raíz de
amargura afecta nuestro corazón.
A veces en nuestra familia se
presentan profundas diferencias, en otras ocasiones por conflictos severos se
causan heridas muy fuertes, otras pueden ser leves, pero el dolor afecta el
corazón y las relaciones familiares.
Uno de esos escenarios
doloroso es cuando los padres hieren a los hijos, por maltrato físico o verbal,
por disciplinas equivocadas; es muy importante tener presente que esto se debe
a que los mimos han sido y están heridos, necesitan la sanidad que sólo Cristo
Jesús nos puede dar.
Perdona a tus padres y a
quien te ofende, la Biblia nos dice: “Sed benignos unos con ostros,
misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a
vosotros en Cristo” Efesios 4:30.
En oración perdona al ofensor
y deja que Dios traiga sanidad para tu corazón. El perdón te libera de cargas
espirituales, y sana tu corazón para amar a los demás y disfrutar las
bendiciones de Dios.
Taller:
¿Tiene un recuerdo triste o
doloroso de la relación con su padre?
¿Puede reconocer que su padre
también fue herido y que aquellos traumas afectaron su comportamiento?
¿Puede levantar una oración
dándole gracias a Dios por la vida de su padre?
Si está vivo ¿puede ir a
pedirle perdón si es necesario?
Si miras con amor a tu padre
terrenal, podrás ver más fácilmente a tu Padre celestial. Toma unos minutos
para hablar con tu Padre celestial y con sinceridad cuéntale tus dificultades,
deja que él te ministre y te ayude.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Reflexión cristiana: Jesucristo es tu sanador. El Señor Jesús conoce tu vida, tu familia y las adversidades que enfrentan, y él siempre está dispuesto para ayudarnos...
Nos dice la Biblia por ejemplo en Lucas 4:38 “Entonces Jesús se levantó y salió de la sinagoga, y entró en casa de Simón. La suegra de Simón tenía una gran fiebre, y le rogaron por ella”.
Es muy interesante ver que el Señor Jesús “entró en casa de Simón”, no lo hizo e otra casa, él sabe a dónde va, y en este hogar había una dificultad, la suegra de Simón estaba enferma, y por supuesto todos estaban tristes, seguramente.
La palabra de Dios nos dice que ella tenía “una gran fiebre”, el texto bíblico en su original traduce: “siendo sujetada por una fiebre grande” y la palabra “grande” indica además: abundante, enorme, fuerte, mucha, era pues una fiebre muy alta.
Cuando la fiebre es muy alta, ésta puede producir daño cerebral permanente, cuando estápor encima de los 42º C. Por lo general las razones más frecuentes de la fiebre son las infecciones en el cuerpo humano, además la fiebre es un síntoma que acompaña diversas enfermedades.
Debemos destacar que los discípulos rogaron a Jesús por ella: “le rogaron por ella”, esto indica las buenas relaciones en la familia y la importancia de la oración. Y en el versículo 39 vemos los resultados, pues el Señor “se inclinó hacia ella”, y se ocupó personalmente de ministrarla, el Señor atiende nuestras oraciones.
La palabra de Dios nos dice que ella se levantó, entonces Jesús la sanó, la liberó de su dolor, de su enfermedad y de su lucha emocional, pues ella estaba postrada en cama. Nos dice además la Biblia que ella se levantó y les servía. Por eso deja que el Señor ministre tu vida, y levántate y sírvele al Señor Jesucristo con amor y diligencia.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Reflexiones cristianas cortas.
Te invito a leer: Dios está contigo en todo tiempo
El poder transformador de Dios
Dios transforma nuestras dificultades en milagros
Sermón: Dios no se olvida de sus planes. Sin duda, el
llamado de Dios a Moisés fue no sólo singular, sino inspirador, pues el Señor
lo visitó y lo llamó cuando nadie ni siquiera el mismo Moisés creía que el plan
divino con él seguía vigente. Dios es bueno y todopoderoso.
Nos dice la
palabra de Dios en Éxodo 3:2-3 que: “Se le apareció el Ángel de Jehová en una
llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego
y no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión,
por qué causa la zarza no se quema”.
Vemos a Dios
buscando al hombre, restaurándolo de sus caídas y tropiezos y de la aflicción
del pecado y sus culpas, pues esto, entre otras cosas, estaba viviendo Moisés
alejado de todo en aquel desierto. Pero en el tiempo preciso y adecuado el
Señor visitó a Moisés.
Para aquel
tiempo Moisés estaba casado, tenía dos hijos, trabajaba como pastor de ovejas
para su suegro Jetro, relativamente cómodo y con una vida estable. Pero Dios no
lo había creado solamente para eso, y por eso viene a recordarle la razón de su
vida en esta tierra. Dios no se había olvidado de sus planes con él, ni lo había
desechado.
Es muy
interesante considerar ahora algunos detalles de Éxodo 3:4-5 “Viendo Jehová que
él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: Moisés, Moisés. Y él
respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies,
porque el lugar en que tú estás, tierra santa es”.
Observamos que aunque
Moisés llevaba cuarenta años alejado de los suyos, su corazón seguía siendo
sensible a la voz de Dios y la reconoce apenas el Señor le habla, pues él dice:
“Heme aquí”.
Dios le dice a
Moisés que se quite el cazado de sus pies porque la tierra donde estaba parado
era tierra santa; pero no había allí ningún templo o altar de piedra, o algo
parecido, esto nos recuerda que lo que hace santo y glorioso un escenario cualquiera,
no es la belleza física sino la presencia de Dios allí.
Dios le habla a Moisés y restaura su corazón,
su autoestima y su visión de la vida, todo esto para equiparlo y así comenzar
una maravillosa labor de liberación de Israel de la esclavitud egipcia.
Dios viene al encuentro de sus hijos
y trae restauración, él te recuerda tu diseño, te fortalece y anima para que
avances hacia sus maravillosos propósitos.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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