Predica: Dios te hace libre para que le sirvas
Nos dice la Biblia en
Éxodo 8:1 “Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y
dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva”...
La palabra de Dios nos
dice que las plagas o juicio de Dios cayeron sobre Egipto y la dureza del
corazón de Faraón, quien veía la destrucción gradual de su imperio, continuaba.
Él lleno de arrogancia y soberbia no obedecía al mensaje de Dios.
Esto nos recuerda que la
dureza de nuestro corazón nos lleva a sufrir las consecuencias de no oír y
obedecer al Señor. La desobediencia y la rebelión delante de Dios tienen un
alto costo.
La palabra de Dios nos
enseña que Moisés venía de estar en la presencia de Dios, pues el texto dice:
“Jehová dijo a Moisés”, y es enviado por el Señor a “entrar en la presencia de
Faraón”. Debemos mantener este orden: primero Dios y luego los demás y las
otras cosas.
Cuando estamos en la
presencia del Señor conocemos su consejo, sus planes, allí somos comisionados y
ungidos para llevar a cabos su planes. El ministerio o servicio debe ser el
resultado de la comunión con Dios, por eso el Señor dijo: “Al Señor tu Dios
adorarás y a él sólo servirás”, la adoración personal, intima, debe preceder el
servicio a nuestro Dios.
Las palabras que Dios envía
a Faraón son muy significativas: “deja ir a mi pueblo, para que me sirva”. La
primera parte de la frase (“deja ir a mi pueblo”) nos enseña varias cosas
importantes:
El faraón (quien representa
al enemigo del pueblo de Dios usará todos los medios posibles para tenerlo
cautivo, de manera que no pueda servir al Señor; le presentará muchas
alternativas para tenerlo ocupado y distraído, sin que se interese por el reino
de Dios.
Podemos observar en la
segunda parte de la frase (“para que me sirva”) el propósito, diseño y plan
divino. Dios nos ha equipado para alcanzar lo que él ha planeado para nuestra
vida.
La palabra “servir” aquí
se traduce del término hebreo “abád” que además traduce: adorar, arar, culto,
desempeñar, honrar, ministrar, trabajar. Entonces nuestro servicio debe ser una
expresión de adoración y gratitud a Dios, y no una carga incomoda ni molesta.
La verdad es que nosotros
servimos al Señor por gratitud, porque lo amamos, porque ha extendido su gracia
sobre nosotros y cómo dijo el apóstol Pablo: “su gracia no ha sido en vano para
conmigo”.
Como nos enseña la Biblia
al final Dios libera a su pueblo, a través de obras sobrenaturales, y es lo que
está dispuesto a hacer por ti, si avanzas y le crees, pues él no ha cambiado,
su deseo es la libertad para sus hijos y que cada uno de ellos avance en victoria
y libertad hacia los planes divinos.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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