Sermón: Todo llega en el tiempo perfecto de Dios. La Biblia nos enseña en Génesis
40:23, 41:1, 9 y 14 “Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le
olvidó. Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño… Entonces el jefe
de los coperos habló a Faraón… y en ese momento Faraón envió y llamó a José. Y
lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos y
vino ante Faraón”...
En este pasaje bíblico
podemos observar una nueva decepción que José experimenta en su vida. Él estaba
en la cárcel, y allí por el favor de Dios atendía todas las cosas, y le
correspondió atender al jefe de los coperos y al jefe de los panaderos que el
Faraón había castigado enviándolos a la cárcel.
Estando ellos allí tuvieron
dos sueños, cada uno un sueño, y José interpretó aquellos sueños y como José
les dijo así se cumplieron. José le pidió al jefe de los coperos que se
acordará de él cuando estuviera delante del Faraón, pero éste lo olvido.
Lo más seguro es que esto
mismo nos ha sucedido antes, que habiendo servido y bendecido a otros, éstos se
olvidan rápidamente de los favores recibidos, y en tiempos de dificultad no se
acuerdan de la ayuda recibida.
La palabra de Dios nos dice
que “pasados dos años el faraón tuvo un sueño”. Definitivamente debemos
aprender a esperar y caminar en los tiempos del Señor, aquel sueño lo tendría
Faraón en el tiempo señalado por Dios, y no en el tiempo de los hombres.
Este sueño no vino a Faraón a
los seis meses, ni a los cinco años de José estar en la cárcel, el faraón
tendría el sueño dos años después de salir el copero de la cárcel, entonces
podemos concluir que el olvido del copero formaba parte de los tiempos de Dios.
Para el momento en el que
Faraón manda a sacar a José de la cárcel, éste tiene treinta años de edad, según
Génesis 41:46, y Dios usó al jefe de los coperos, quien se acordó de José y le
habló al Faraón en el tiempo del Señor.
Entonces podemos ver a Dios usando
diversos medios, recursos y personas para finalmente conducirnos a Su voluntad
(Dios usó a Potifar, al jefe de la cárcel, al jefe de los coperos y luego al
mismo faraón para poner a José como segundo señor en el imperio egipcio).
La palabra de Dios nos enseña
que José fue sacado de la cárcel apresuradamente para ser presentado ante el
faraón e interpretar el sueño de éste. Dios quiere usarnos en gran manera, sin
embargo él desea trabajar primero en nuestro ser (carácter) y luego en nuestro
quehacer (servicio). Primero el corazón y luego los dones, este es el orden
correcto.
Dios trabajó en el carácter
de José y poco a poco lo fue capacitando para el futuro papel que iba a desempeñar.
Por eso estuvo trece años entre la casa de Potifar y la cárcel real, lugares
donde aprendió no sólo administración, sino perdón, tolerancia, humildad,
sujeción, responsabilidad, etc, y desarrolló los talentos recibidos del cielo.
En el tiempo de Dios José fue
levantado a lugares de privilegio y bendición, con un corazón que le daba la
honra y gloria a Dios. Debemos confiar en los propósitos del Señor y en su
cuidado, él sabe muy bien lo que hace.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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