Sermón: Dios no nos desampara
ni aún en los momentos más difíciles. Nos enseña la palabra de Dios en Lucas
23:26-27 “Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo,
y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús. Y le seguía gran
multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban se lamentaban por él”...
El momento que
nos describe aquí la Biblia era doloroso
para todos: para el Señor Jesús, para sus discípulos, y para las multitudes que
seguían al Maestro. Pero el Señor estaba haciendo la voluntad del Padre celestial,
es decir, dar su vida en sacrificio por nosotros, fue sin duda un momento
difícil y doloroso en la voluntad de Dios.
Debemos recordar que unas horas antes el Señor había estado orando
por esto en el Huerto de Getsemaní, la comunión con Dios nos fortalecerá ante
las pruebas y los obstáculos de la vida.
Debemos tener en cuenta que cuando el Señor tropezó y cayó con la
cruz a cuestas, tomaron a Simón de Cirene para que la ayudara a carga la cruz,
vemos aquí también la ayuda de Dios aun en los momentos más difíciles de nuestra
vida.
La Biblia nos dice que mujeres hacina lamentación por él, y “Jesús, vuelto hacia
ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por
vuestros hijos” Lucas 23:28, debemos observar que el Señor Jesús las llama: “Hijas de Jerusalén” versículo 28, pues no venían
de Galilea, eran observadoras locales, sus lágrimas eran de dolor por el
sufrimiento del reo, y no de arrepentimiento por su pecado y necesidad de Dios.
La palabra de Dios nos exhorta una y otra vez a cuidar de nuestra
vida de oración, por eso el apóstol Pablo también nos dice en Efesios seis:
“fortaleceos en el Señor, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir
en el día malo y permanecer firmes”
El apóstol no nos está asustando, sino concientizando de una
realidad espiritual, hay días difíciles (“malos”), y éstos serán transformados
en grandes victorias como resultado de nuestra oración y clamor a Dios.
Es muy importante tener en cuenta que el Señor Jesús alcanzó la
victoria sobre la traición de Judas, sobre la decepción del abandono de sus
discípulos en el momento de su captura, sobre el dolor y el menosprecio, cuando
estuvo en oración en el Huerto de Getsemaní, pues allí oró “con gran clamor y
lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor
reverente” Hebreos 5:7, La vida de oración de Jesús es un ejemplo e inspiración
para nosotros hoy.
Conclusión: Como hijos de Dios y conscientes
de la realidad de las pruebas o dificultades en la vida es vital cuidar y
fortalecer nuestra comunión con Dios, esta es herramienta o provisión de Dios
para nuestra victoria.
Escrito por Pastor Gonzalo
Sanabria.
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