21.5.20
Honremos a Dios con
nuestra adoración.
Honra a Dios con tu adoración y será bendecido por él. Cuando logramos dar una mirada al mundo, podemos considerar que la humanidad distribuida en los diversos pueblos de nuestro planeta tiene una gran diversidad de cultos y expresiones religiosas.
Por eso vemos que
hay personas y comunidades que adoran la tierra, algunos adoran al sol, otras
comunidades adoran a los animales, otros pueblos reconocen a Dios pero lo
adoran de acuerdo a su preferencia, y hallamos también a quienes quieren tener
un “dios” de acuerdo a sus propios deseos o anhelos.
La Biblia nos enseña
en el libro de Génesis 4:3-5 que “Aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la
tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus
ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová Dios con agrado a Abel y a su
ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín
en gran manera, y decayó su semblante”.
Como podemos ver
desde el comienzo de la existencia humana está presente la necesidad de adorar
a Dios, esta es una facultad o virtud del espíritu humano creado por Dios, y
por esto mismo es él quien nos instruye acerca de la verdadera adoración, siendo
la Biblia el manual de instrucción al respecto.
Desde el principio
podemos ver que nuestro Dios destacó la adoración de Abel en el libro de
Génesis, pues aquella adoración estaba cimentada en la fe en el sacrificio del
cordero, y en la vida recta y justa de Abel, y por supuesto en el temor a Dios,
aspecto que nos lleva a hacerlo con reverencia. Cuando adoramos a Dios de
acuerdo a su diseño somos bendecidos.
La palabra de Dios
nos enseña que el Señor nos llama a adorarlo y a hacerlo de acuerdo al diseño
que él mismo ha establecido. Dios nos llama, no sólo a un breve tiempo de
adoración, sino a una vida de obediencia que brilla en todo tiempo, en la que
los motivos del corazón humano buscan dar gloria al Todopoderoso.
A Dios no sólo le agrada
la adoración, él busca adoradores dispuestos a hacerlo de acuerdo a su voluntad;
además él recompensa a aquellos que le honran. Adora a Dios, sigue su consejo y
serás bendecido.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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